Diez reglas de etiqueta gamer

• Planearás tu estrategia en los turnos de los otros jugadores.

En la mayoría de los juegos, se puede ir planificando la próxima jugada mientras los demás jugadores están actuando. De esta manera, se aprovecha mejor el tiempo. Es muy molesto que un jugador esté distraído con cualquier cosa mientras juegan los demás, y cuando toca su turno frena todo el juego porque necesita retomar el desarrollo del juego.

• Tu turno debe ser lo más breve posible.

Recordá que mientras vos pensás y jugás, el resto espera. Por respeto a los demás, no malgastes el tiempo innecesariamente.

• Tu bebida debe estar lo más lejos posible del tablero, o mejor aún en otra mesa.

Es de sentido común evitar un accidente que puede traer graves consecuencias, sobre todo si el juego que acabás de arruinar no es tuyo.

• Si el juego tiene naipes, no se deberán tomar alimentos con las manos.

No sólo para extender la vida útil del juego, sino que esto evita que manchas o marcas permitan "ventajas anti-deportivas".

• Si se excede el quorum del juego y alguien queda afuera, no debe intervenir.

Lo más recomendable es que se ocupe del aprovisionamiento o de la preparación para el próximo juego.

• No caer con las manos vací­as.

Está bien visto no sólo colaborar con las compras, sino llevar de antemano cigarrillos y provisiones varias.

• No llegar tarde a la reunión, y ayudar en el restip de los juegos.

Cada minuto cuenta. Y es de cuarta hacer esperar al resto de los jugadores para comenzar.

• Apagar el celular, o no darle bola.

Especialmente cuando te toca jugar, o en un juego que necesita participación todo el tiempo.

• Cuidar del juego y sus componentes, y ayudar a guardarlo en su caja después de la partida.

Fundamental. Sobre todo si el juego tiene muchas piezas, cartas, etc. o si tiene un setup complicado.

• No abusar de los "undo" de jugadas.

Si bien puede ser aceptable cancelar un movimiento o jugada por una regla incomprendida o distracción justificada, cada vuelta atrás paraliza y molesta. Además, los errores sirven para aprender.